Mercado
y Espacio
Público.
Algemesí
concurso 2008
Modo
+ Gustavo Vitores
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El Mercado Municipal, entendido como lugar público, es una pieza clave en la configuración de las ciudades. Nuestro proyecto propone un Mercado aso¬ciado a una Plaza que sirva como atractor de gente y de actividades...
...La configuración del espacio público permite que alrededor del Mercado se produzcan diferentes usos que lo complementen. Esta disposición potencia los recorridos peatonales en la zona y reduce el impacto del tráfico rodado. La posición de la Plaza facilita que en ella se produzcan diferentes actividades, tales como el mercadillo semanal o conciertos.
El Mercado está estructurado en dos plantas sobre rasante, donde se sitúan los locales comerciales y los usos complementarios, y dos plantas bajo rasante de aparcamiento y de carga y descarga. La propuesta está estructurada para que permita combinar los diferentes horarios de los usos.
El proyecto propone una contraposición entre la vida interior llena de colores, olores y de sensaciones del Mercado y la relación entre la volumetría exterior y el espacio público. El interior se genera a través de la luz entendida como protagonista esencial del espacio. La luz se entiende como un fluido que perfora el bloque macizo de usos programáticos y libera los recorridos interiores. La cubrición exterior actúa como contenedor de la luz.
Entorno
La Plaza de Mercado se dispone como una bolsa en el cruce entre la Calle De los Árboles y la de Lluís Vives. Su posición supone un desahogo en la trama del núcleo antiguo de la ciudad. Este vacío urbano sirve como ubicación de la pieza de Mercado.
El volumen se dispone en el plano sacando partido a las virtudes de la plaza, mantiene una cierta distancia con los edificios colindantes y libera un espacio generoso enfrente. Este espacio está divido en dos grandes zonas que responden tanto al edificio como a las alineaciones de los viales. La división permite que se disponga de una zona A como plaza dura. Sus proporciones cuadradas y la ausencia de barreras arquitectónicas hace de ella un lugar ideal para el mercadillo semanal, conciertos o todo tipo de actos públicos. La zona B tiene una configuración más dinámica, sirve como unión entre la Calle de los Árboles y la zona A de la Plaza y como conexión con el casco histórico. La continuidad entre la calle y la zona B de la Plaza la proporcionan los árboles. Éstos siguen la alineación existente hasta disgregarse a medida que llegan a la Plaza.
La actuación propone potenciar los recorridos peatonales, disminuir el tráfico rodado e incorporar una zona de carril bici. De esta forma se invita al peatón a utilizar todo el ámbito como espacio público y evitamos que las vías rodadas lo corten. La disminución del tráfico contempla el acceso al aparcamiento por la Calle Lluís Vives y la posibilidad de acceder a las inmediaciones del Mercado en coche, ya sea para uso de carga y descarga puntual o para uso de los vecinos.
Programa
Materialidad
El Mercado se divide a través de cuatro plantas, dos sobre rasante y dos bajo rasante.
La planta baja acoge el programa propio de un mercado, los locales comerciales alimenticios y un bar-cafetería. Su uso está asociado a un horario matutino. En la planta primera se sitúan el gimnasio, la zona de administración del Mercado y el área técnica de instalaciones, cuyo uso se produce durante todo el día. La comunicación entre estas plantas se realiza a través la luz, unos lucernarios atraviesan la planta primera y dotan a la planta baja de iluminación y ventilación.
Las plantas están conectadas mediante unos núcleos de comunicación que están dispuestos de tal forma que pueden funcionar compaginando los diferentes horarios del Mercado.
La primera planta bajo rasante contiene el mue¬lle de carga y descarga y los almacenes de los locales comerciales. Se adopta esta solución para evitar que tal uso se tenga que situar en superficie y de esta forma se dignifica el uso de la Plaza como espacio público continuo sin zo-nas residuales. En la planta inferior se dispone el aparcamiento de coches. Estas dos plantas también están comunicadas mediante unos lucernarios que traen luz al mundo subterráneo.
El acceso rodado a las plantas de aparcamiento se produce a través de la Calle Lluís Vives.
La tipología del mercado tradicional suele consistir en una edificación ligera que se sitúa sobre las tiendas a modo de cubrición y protección. Ésta hace la función de separación entre la el mundo exterior y el mundo interior. La cubierta se compone de diferentes planos inclinados que permiten controlar la iluminación natural y la ventilación.
La propuesta es una reinterpretación del mercado tradicional. El proyecto propone una contraposición entre el mundo interior del Mercado y su formalización exterior. El espacio libre interior se compone a través de los recorridos y las entradas de luz cenitales, el exterior se muestra como un objeto discreto que sólo deja intuir la riqueza que oculta en el interior. Es un recipiente de luz dentro de otro recipiente de oscuridad.
La luz natural hace del espacio interior la cualidad específica de la arquitectura. En el proyecto la luz es el protagonista esencial, es un fluido que ha erosionado el macizo y lo ha esculpido. El vacío generado por la luz produce una continuidad que conecta las diferentes plantas y las relaciona visualmente.
El movimiento alrededor de las tiendas se produce de forma circular, evitando que haya una jerarquía clara entre espacios. El recorrido entre las tiendas es continuo, pero cambiante por las entradas de luz. Las tiendas ofrecen varias posibilidades en cuanto a las dimensiones, permiten varias configuraciones en función de las necesidades.
Los accesos al Mercado y los lucernarios se en¬tienden como extensiones del espacio interior que se manifiestan en el exterior. Los retranqueos en la planta baja permiten que la Plaza se introduzca en el edificio.
La utilización de iluminación cenital implica que la cubierta se perfore por entradas de luz. Entendemos que la cubierta del Mercado es un elemento fundamental. Ésta se organiza en función de la entradas de luz, los patios y las alineaciones de los edificios. La disposición de los diferentes elementos de cubierta se define a través de la directrices del entorno.