Terrazas

en el

  Puerto de

Avilés

concurso 2012

Sebastián Sanchez

+ Gustavo Vitores

El elemento que caracteriza un puerto son los barcos o botes, es por ello que la idea del restaurante es tratarlo como un bote sobre el muelle...

...caracterizando  una imagen de un "bote" secándose boca abajo e inclinado, sirviendo también de cobijo y apertura de vistas.  De esta forma se parte de una morfología rectangular alargada que con un simple gesto de levantar el volumen desde la cara de la ría, se obtiene "vistas controladas de la ría", se produce una "menor presencia volumétrica" en la avenida del Conde de Guadalhorce, y se consigue una "imagen representativa" con una volumen contundente y sencillo que muestra su interior dando una mayor presencia del restaurante en el paseo y visible desde el resto de la ría.

El edificio se materializa como un volumen contundente de carácter sólido cuya piel de fachada se integra en una atmósfera marítima, corroída y parasitada por elementos marinos. Esta textura con el mismo o diferentes colores se hace presente también en el volumen de instalaciones existente creando una relación directa con el proyecto a través del material, con la idea de "homogeneizar los elementos del paseo" con independencia de su forma (edificación de la parcela sur, cuerpo de instalaciones existentes, y futuros proyectos de edificación o mobiliario urbano en el paseo)

Este proyecto puede ser utilizable con pocas modificaciones en el solar sur. Como concepto de versatilidad se puede mantener la forma del proyecto de la parcela norte, dándole su propio carácter de dos formas diferentes: cambiando el "color" de acabado del volumen inclinado pero "manteniendo su materialidad", ó proponiendo el mismo volumen con diferentes posiciones de levantamiento de la caja utilizando el mismo sistema constructivo.

La carcasa levantada del restaurante, muestra en su interior un volumen cerrado de servicio desplazado hacia el norte dejando el programa público abierto, contrarrestando la horizontalidad y la inclinación del proyecto dándole equilibrio formal, funcional, y constructivo. Las aperturas de fachada son los huecos que deja el volumen levantado, consiguiendo romper las esquinas y aumentando la panorámica de forma controlada hacia la ría. Los accesos al restaurante se producen por los extremos, creando un paseo hacia el local que invita a entrar. El acceso principal es un paseo bajo el volumen en voladizo del edificio con luz cenital, en la esquina noreste junto a la plaza de la gran escultura; el acceso de servicio, queda escondido dentro del volumen levantado, en un segundo plano;  y el acceso secundario público se produce cuando funciona la terraza, dando continuidad al paseo interior del local.  En periodo estival el espacio público del restaurante se fusiona con el paseo,  levantando y ocultando la carpintería longitudinal en la fachada y con ventanas correderas al sur. La cubierta se convierte en una fachada hacia la avenida del Conde de Guadalhorce dada su baja altura, apareciendo lucernarios que crean visuales cenitales hacia el oeste, quedando obteniendo siempre luz de cualquier hora del día. Al acceder al restaurante se pasa por la zona de la barra cuyo techo es más bajo articulando el espacio interior, y acota el espacio a la altura del comensal, invitándote de forma psicológica a adoptar esa posición visual, y quedarse a comer.

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Equipamiento

350m2

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