El edificio se alza por encima del suelo, y configura su forma final con la formación de dos piezas interseccionadas de forma ficticia, ya que una de ellas pasa por encima. Ambas siguen planos inclinados en sentido opuesto teniendo un mismo eje de giro en común, y rompiendo de esta forma regularidad estructural. Tanto en planta como en alzado, el edificio es irregular, pretendiendo integrarse en su entorno. Los caminos que se crean relacionan los espacios del jardín, y el edificio se relaciona con este por su forma y por la prolongación de partes de su cerramiento. Este está formado por montantes de aluminio blanco, que sirven de soporte  para una hoja vidrio, que vería desde serigrafiado hasta trasparente, La estructura es de acero, formando pórticos irregulares con colocación de cruces de San Andrés. Pavimento de mortero con micropigmentación, de color gris marengo. El cerramiento pretende junto a las múltiples fachadas, dar movimiento el conjunto, viendo el edificio con texturas diferentes desde un cualquier punto de vista.